De pequeña siempre he creído que era poco ágil, entre mis cualidades no destacaba la de deportista y como ambición no tenía el superarme. Creía que yo había nacido así y punto ¡Y de eso nada! ¡Yo tenía esas cualidades! Solo me faltaba trabajarlas.
Todos hemos imaginado alguna vez cómo seremos de mayor y resulta que aquello que yo sentía que no era para mí ahora es lo que me diferencia.
Si me siento ágil o estoy fuerte es porque lo he trabajado. Si estás empezando recuerda, todo el mundo tiene un comienzo.
Tú solo necesitas:
GANAS, PRÁCTICA, TIEMPO
y NO DEJAR DE CREER EN TI.